19 de marzo de 2024
Dieta keto en Hashimoto

Hashimoto y la dieta Keto: todo sobre la dieta cetogénica y la tiroides

¿Puede una persona con hipotiroidismo o tiroiditis de Hashimoto seguir la dieta keto? ¿Cómo afecta la dieta cetogénica a los que tienen hipotiroidismo autoinmune? En este artículo veremos los pros y los contras de la dieta keto para las personas con hipotiroidismo o la enfermedad de Hashimoto.

La dieta alta en grasas y baja en carbohidratos, conocida como keto, puede ser una opción para aquellos con tiroiditis de Hashimoto y otras condiciones autoinmunes, veamos por qué.

Qué es la dieta cetogénica o keto

La dieta cetogénica es una dieta alta en grasas, baja en carbohidratos y moderada en proteínas. Este tipo de dieta se ha vuelto todo un tema de debate en la comunidad de la salud y el bienestar.

Históricamente, esta dieta se usaba para ayudar con los síntomas de la epilepsia pediátrica. Hasta que las compañías farmacéuticas se hicieron cargo de los agentes antiepilépticos. En la actualidad, la dieta keto se ha convertido en una opción popular para las personas que quieren perder peso. Debido a la abundancia de grasas que ayudan a satisfacernos, keto es una dieta muy fácil de seguir.

La dieta cetogénica pone a nuestro cuerpo en un estado de cetosis – donde se quema la grasa, ya sea de los alimentos o dentro de nuestras propias células de grasa, como combustible. En este caso, la grasa se convierte en la principal fuente de combustible, a diferencia de la glucosa de los carbohidratos y el azúcar.

Las dietas bajas en carbohidratos, como la dieta keto, se utilizan para reducir la grasa corporal. Parte de esta pérdida de peso se debe a la eliminación de una cantidad significativa de carbohidratos. Las dietas cetogénicas tradicionales suelen limitar la ingesta de carbohidratos de frutas, granos y almidones a menos de 15 gramos por día. Sin embargo, diferentes personas tienen diferentes umbrales de cuántos carbohidratos pueden consumir sin ser «expulsados» del estado de cetosis. Esto quiere decir que para algunas personas será más conveniente consumir incluso menos carbohidratos.

Dieta keto y síntomas de Hashimoto

Para resumir algunos beneficios de la dieta keto en pacientes con Hashimoto, cabe destacar que puede ayudar a mejorar la energía y el equilibrio del azúcar en la sangre. También da buenos resultados en el dolor crónico, la inflamación, las migrañas y el estrés oxidativo. Asimismo, puede contribuir a mejorar la función cerebral y la regulación del estado de ánimo.

Las investigaciones han demostrado que la dieta cetogénica puede ser útil en una variedad de afecciones. Desde problemas neurológicos, incluyendo la esclerosis múltiple y la epilepsia, hasta la hipoglucemia reactiva. Sin embargo, hay que tener en cuenta algunas precauciones que veremos más adelante.

Cómo funciona la dieta cetogénica o keto

Para entender cómo funciona la dieta cetogénica, veamos cómo el cuerpo convierte los alimentos en el combustible que alimenta nuestras células.

El cuerpo típicamente utiliza la glucosa como su principal fuente de combustible. Cuando no recibe glucosa de las fuentes dietéticas, recurre a sus unidades de almacenamiento de energía, llamadas glucógeno. Las células musculares contienen glucógeno, pero la mayor parte del glucógeno que nuestro cuerpo utiliza proviene del hígado. Sin embargo, el hígado sólo puede almacenar unos 100 gramos (o 400 calorías) de glucógeno, que se puede agotar rápidamente.

Cuando ya no tenemos suficientes niveles de glucosa, ya sea de los alimentos o del glucógeno, el cuerpo no se apaga. En su lugar, utiliza un combustible de reserva llamado cuerpos cetónicos, o cetonas.

Qué son las cetonas

Las cetonas son moléculas solubles en agua, producidas en el hígado a partir de ácidos grasos. Hay tres tipos de cetonas: β-hidroxibutirato (BHB), acetato y acetona. Estas cetonas pueden convertirse en la principal fuente de energía del cerebro y del cuerpo cuando la glucosa no está disponible.

Restringir la ingesta de carbohidratos puede cambiar la fuente de combustible del cuerpo de la glucosa a las cetonas, ya que esto limita el azúcar en la sangre circulante. Esto hace que el cuerpo pase de utilizar la glucosa a utilizar la grasa, que se vuelve a empaquetar como cetonas. Este estado metabólico, en el que parte del suministro de energía del cuerpo proviene de los cuerpos cetónicos en la sangre, se llama cetosis.

El ayuno también puede poner el metabolismo en un estado de cetosis, al igual que la dieta cetogénica muy baja en carbohidratos y alta en grasas.

Si bien, en teoría, uno podría permanecer en un estado de cetosis indefinidamente sin efectos nocivos, los expertos están divididos en cuanto a si una persona debe seguir una dieta cetogénica y por cuánto tiempo. Algunos la promocionan como un estilo de vida saludable; otros la utilizan como una solución a corto plazo para la pérdida de peso.

En qué consiste la dieta cetogénica

En la dieta cetogénica tradicional, los alimentos ricos en grasas, incluyendo varias carnes, huevos, queso, pescado, nueces y semillas, aguacate, mantequilla y aceites, forman la base. También se permiten algunos otros alimentos, como vegetales sin almidón y pequeñas cantidades de bayas, limones y limas.

La cetosis ocurre típicamente dentro de dos a cuatro días de comer entre 20-50 gramos de carbohidratos diariamente.

Si bien la cantidad de grasas que se ingiere en la dieta keto es bastante alta, no necesariamente es perjudicial para la salud. Aunque la grasa dietética tuvo alguna vez una mala reputación, hoy en día vemos que el factor más importante es la calidad de la grasa. Ciertas grasas, como el aceite de oliva, de coco y los aguacates, pueden incluso tener beneficios para la salud.

La dieta keto y tiroiditis de Hashimoto

No es sencillo determinar cómo seguir la dieta keto enfocada en Hashimoto. La mayoría de los estudios se centran en sus efectos sobre el apetito, la pérdida de peso y sobre las condiciones específicas como la diabetes tipo 2, más que en el impacto sobre la función tiroidea.

Una cosa importante a mencionar es que la dieta cetogénica tradicional usa copiosas cantidades de lácteos para el componente de grasa, (¡especialmente quesos!). Sabemos que los lácteos pueden ser un desencadenante para la enfermedad de Hashimoto. El uso de aceite MCT o aceite de coco como fuente de grasa, puede ser un enfoque más amigable para la glándula tiroides.

Las personas con hipotiroidismo autoinmune a menudo requieren apoyo adicional más allá de una dieta cetogénica estándar. A veces necesitan eliminar otros alimentos comúnmente reactivos, incluyendo nueces y huevos.

Si se lleva cuidadosamente, eliminando los alimentos reactivos comunes, como el gluten, los lácteos, la soja y los granos, la dieta keto puede ser muy nutritiva para las personas con Hashimoto. Eliminar estos alimentos, además de las fuentes de azúcar, contribuye a los beneficios curativos de la dieta cetogénica.

Dieta keto y las hormonas tiroideas

Algunos estudios que han observado el impacto de las dietas bajas en carbohidratos en las hormonas tiroideas T3 y T4, así como en los anticuerpos tiroideos, muestran resultados mixtos.

En un estudio, el grupo de control de 180 personas con Hashimoto consumió una dieta baja en calorías y en carbohidratos con restricciones de alimentos. Su dieta contenía entre 12-15 % de carbohidratos, 50-60 % de proteínas y 25-30 % de grasas. Además de comer sólo partes magras de carne roja y blanca, y pescado con comidas ricas en vegetales, los que estaban en la dieta del estudio también eliminaron los huevos, las legumbres, los productos lácteos, el pan, la pasta, la fruta, el arroz y los goitrógenos. Puedes acceder a la información completa de este estudio aquí.

Keto disminuyó los anticuerpos tiroideos

Después de 21 días, todos los pacientes del grupo de estudio mostraron una disminución significativa en sus niveles de anticuerpos tiroideos. Sin embargo, en base a la forma en que se realizó este estudio, es difícil decir si fue la restricción de carbohidratos, la eliminación de alimentos altamente reactivos (gluten, productos lácteos, soja, huevos), o todo lo anterior, lo que jugó el papel clave en la mejora de los resultados de los pacientes.

En otro estudio, los efectos de la dieta keto en la tiroides de 120 niños con epilepsia fueron monitoreados durante un año. Se midieron los niveles de T3, T4 y TSH libres en intervalos de 1, 3, 6 y 12 meses. La tasa normal de hipotiroidismo entre los niños preadolescentes es de aproximadamente 1 en 1250; sin embargo, como parte de este estudio, 1 de cada 6 de los niños se convirtió en hipotiroideo y requirió terapia de reemplazo de la hormona tiroidea. Se llegó a la conclusión de que los niños que se sometían a una dieta cetogénica para tratar la epilepsia debían ser objeto de una estrecha vigilancia para detectar la disfunción tiroidea.

Sin embargo, es importante considerar que esto podría deberse a una conexión entre la epilepsia y las hormonas tiroideas. Los estudios han demostrado que las anomalías de la hormona tiroidea pueden ser más comunes en las personas con epilepsia, y que el uso de medicamentos antiepilépticos también puede afectar a la función tiroidea.

T3 Reversa

Otro estudio, publicado en la revista «Diabetes, Obesity and Metabolism», encontró que la dieta cetogénica resultaba en la disminución de los niveles de T3 y el aumento de los niveles de T3 reversa en sujetos sanos. Se observó que se trataba de los mismos cambios observados en los casos de inanición, en los que el cuerpo entra en modo de supervivencia y reduce su tasa metabólica.

Por otro lado, hay muchos testimonios de personas con hipotiroidismo que han visto mejoras en la salud de su tiroides mientras seguían la dieta keto. Por eso es importante considerar que toda dieta debe ser individualizada para nuestras propias necesidades, no hay una medida estándar para todos. También hay otros factores que abordar, a fin de obtener los mejores resultados con este tipo de dieta.

Beneficios potenciales de la dieta keto en Hashimoto

Reducción del estrés oxidativo y aumento de la energía

El metabolismo celular normal y los factores ambientales producen Especies Reactivas de Oxígeno (ROS), que pueden dañar las estructuras celulares. Un cuerpo sano está bien equipado para manejar una cierta cantidad de ROS, con la ayuda de antioxidantes.

Sin embargo, las enfermedades autoinmunes, incluyendo la de Hashimoto, pueden cambiar ese equilibrio entre ROS y la defensa antioxidante del cuerpo con lo que llamamos estrés oxidativo. Se sabe que el estrés oxidativo contribuye a varios desórdenes inflamatorios e inmunológicos, incluyendo la tiroiditis de Hashimoto.

Los efectos de la dieta keto y el estrés oxidativo en Hashimoto

Un estudio que examinó la patogénesis y la progresión de Hashimoto, encontró que el estrés oxidativo podría ser un factor de riesgo en el desarrollo del hipotiroidismo en personas con Hashimoto.

El aumento del estrés oxidativo también puede reducir los niveles de glutatión, un importante antioxidante. (Lea más sobre el Magnesio en la síntesis de glutatión y tiroiditis de Hashimoto).

Las dietas cetogénicas pueden reducir la generación de ROS al desacoplar las proteínas y aumentar los niveles de antioxidantes, incluyendo el glutatión.

Curiosamente, un estudio sobre la lesión cerebral traumática en ratones encontró que la dieta cetogénica podría disminuir el estrés oxidativo, así como aumentar los niveles de energía. Los ratones que estaban en una dieta cetogénica tenían una mayor función cerebral, a pesar de su lesión cerebral post-traumática, que los ratones que estaban en una dieta estándar. Los resultados sugirieron que la dieta cetogénica puede mejorar la función de las mitocondrias, encargadas de suministrar la mayor parte de la energía necesaria para la actividad celular.

Dado que el hipotiroidismo en sí es un estado de aumento del estrés oxidativo, reducir ese estrés con una dieta cetogénica puede ayudar a normalizar la función de la tiroides y aumentar los niveles de energía.

Reducción de la inflamación

La inflamación crónica va de la mano con la enfermedad de Hashimoto y puede ser causada por la dieta, las lesiones, la flora intestinal desequilibrada y las infecciones de bajo grado. Una dieta cetogénica bien diseñada que incorpore muchos alimentos antiinflamatorios puede ayudar a reducir la inflamación.

Un estudio sobre la artritis reumatoide, una enfermedad autoinmune que se observa a menudo en personas con la enfermedad de Hashimoto, encontró que la dieta keto podría desempeñar un papel antiinflamatorio. Esto se debe a que la cetona β-hidroxibutirato (BHB) inhibe los inflamomas, responsables de la activación de las respuestas inflamatorias.

Por lo tanto, es posible que la reducción de la inflamación con una dieta cetogénica pueda ayudar a mejorar los síntomas de Hashimoto.

Mejoras en los niveles de azúcar en la sangre

Investigadores en Polonia han encontrado que hasta el 50% de los pacientes con Hashimoto tienen una tolerancia reducida a los carbohidratos. Esto significa que después de consumir alimentos ricos en carbohidratos, su nivel de azúcar en la sangre sube demasiado alto, demasiado rápido. Esto lleva a una rápida, y a veces excesiva, liberación de insulina (la hormona que permite al cuerpo utilizar la glucosa de los alimentos).

Estas subidas de insulina pueden provocar un nivel bajo de azúcar en la sangre, lo que puede dar lugar a síntomas desagradables como nerviosismo, mareos, ansiedad y fatiga.

Dado que una dieta cetogénica bien diseñada es naturalmente baja en azúcar y carbohidratos refinados, puede ayudar a equilibrar los niveles de azúcar en la sangre.

El efecto que la dieta keto puede tener sobre el azúcar en la sangre se destaca en otros estudios. En uno de ellos, 28 individuos con sobrepeso y diabetes tipo 2 fueron puestos en una dieta que consistía en menos de 20 gramos de carbohidratos por día, por un período de 16 semanas. Al final del estudio, la dieta cetogénica había mejorado el control glicémico en los pacientes a tal grado que los medicamentos para la diabetes fueron descontinuados o reducidos en la mayoría de los participantes.

Dicho esto, la dieta keto demuestra tener el potencial de equilibrar los niveles de azúcar en la sangre en personas con hipotiroidismo y tiroiditis Hashimoto.

Niebla cerebral y otros síntomas relacionados con el estado de ánimo

La dieta cetogénica que equilibra el azúcar en la sangre también puede tener un efecto positivo en el cerebro. Muchos pacientes de Hashimoto señalan que el consumo regular de azúcar produce síntomas como dolores de cabeza, mareos, niebla cerebral, ansiedad, depresión, fatiga e insomnio.

Dado que la dieta keto es muy baja en azúcar, muchos notan que una vez que el cuerpo se adapta, sienten una leve euforia que elimina la niebla cerebral, los cambios de humor y otros síntomas asociados con Hashimoto. Esa claridad mental probablemente proviene del equilibrio del azúcar en la sangre.

Otra cosa a tener en cuenta es que las cetonas pueden cruzar fácilmente la barrera hematoencefálica. El cerebro utiliza las cetonas de manera eficiente, convirtiéndolas en una fuente de energía llamada moléculas de trifosfato de adenosina. De hecho, las investigaciones muestran que el cerebro puede obtener el 75% de su energía de las cetonas. Por lo tanto, una dieta de cetonas puede ayudar a mejorar los síntomas mentales en algunos individuos.

Precauciones con la dieta keto y Hashimoto

Si bien la dieta keto puede mejorar potencialmente ciertos factores asociados con la enfermedad de Hashimoto, hay algunas preocupaciones importantes a considerar, antes de utilizar este tipo de dieta con una condición tiroidea autoinmune.

Alimentos reactivos en la dieta cetogénica

Mientras que la dieta cetogénica restringe o elimina algunos alimentos reactivos como el gluten y el azucar, el plan permite otros, como la soja y los lácteos. Estos alimentos son generalmente altos en grasa (y por lo tanto están aprobados por la ketogénesis). Sin embargo, son dos de los alimentos más problemáticos para la mayoría de personas con Hashimoto.

Aunque hacer una dieta cetogénica saludable y favorable a la tiroides sin lácteos y soja es posible, puede ser fácil recurrir a alimentos menos saludables.

Como en cualquier dieta, además de eliminar los alimentos que pueden desequilibrar la tiroides, es importante incorporar en sus comidas alimentos de calidad. Conseguir los alimentos bajos en carbohidratos adecuados, como alimentos vegetales orgánicos, carnes alimentadas con pasto, mariscos ricos en ácidos grasos omega-3, y aceites saludables como el aceite de oliva extra virgen, el aceite MCT y el aceite de coco – es crucial cuando se sigue una dieta cetogénica.

La Dieta Cetogénica e infecciones por cándida

La dieta keto podría exacerbar el sobrecrecimiento de la cándida, una posible infección co-ocurrente que se observa en algunos pacientes con Hashimoto. Mientras que la dieta cetogénica corta los carbohidratos simples para ayudar a matar de hambre al hongo, suele incluir el consumo de nueces, semillas, hongos, fruta, productos lácteos y algo de alcohol, que pueden seguir alimentando a la cándida.

Hipotiroidismo, la dieta keto y la salud del hígado

La salud del hígado es otra preocupación de la dieta cetogénica. Un hígado congestionado es una de las muchas razones por las que el organismo no utiliza la medicación para la tiroides de manera efectiva y no convierte la T4 en la hormona activa T3 correctamente. También puede conducir a una mayor acumulación de toxinas, un problema que podría crear nuevos síntomas o empeorar los ya existentes de la enfermedad de Hashimoto.

Hay un par de problemas potenciales con la dieta keto y el hígado. Las mitocondrias dentro de las células hepáticas producen principalmente cuerpos cetónicos. La utilización de las cetonas como fuente de combustible predominante significa una demanda extra para este órgano, ya muy trabajado y sobrecargado.

Las toxinas también se congregan en el tejido graso. Cuando alguien come carne convencional que fue alimentada con maíz, granos y otros alimentos inflamatorios, estas sustancias pueden entrar en el cuerpo. Dado que la dieta cetogénica es muy alta en grasa animal, el aumento de la ingesta de carne puede hacer que el hígado trabaje más duro para desintoxicar el cuerpo.

La optimización de las vías de desintoxicación del hígado es importante tanto para la cetosis, como para la salud de la glándula tiroides. Por eso es conveniente centrarse en el apoyo a su hígado antes de considerar una dieta cetogénica.

La dieta Keto y su efecto en la salud de la tiroides

Si bien es cierto que la dieta keto puede beneficiar a la mayoría de personas con Hashimoto, algunos pueden ver ciertos desequilibrios en los análisis del perfil tiroideo.

Estas preocupaciones deben ser tomadas caso por caso, procurando ver si los análisis de sangre y los síntomas mejoran con la dieta cetogénica. Muchas personas se sienten muy bien y ven óptimos resultados cuando consumen una dieta alta en grasas y baja en carbohidratos. Para otros, los niveles de la tiroides y los síntomas de Hashimoto empeoran cuando reducen su ingesta de carbohidratos.

A menudo, esto se resuelve añadiendo más carbohidratos densos en nutrientes (como los que se encuentran en las frutas y verduras) a la dieta, hasta que se encuentre un umbral ideal.

Gripe Keto

Otra causa potencial de la aparición repentina de síntomas después de comenzar una dieta cetogénica es algo llamado Gripe Keto. A medida que el cuerpo pasa de la glucosa a las cetonas como su combustible dominante, algunas personas pueden experimentar síntomas como:

  • náuseas
  • dolores de cabeza
  • calambres
  • niebla cerebral
  • dificultad para dormir
  • antojos de azúcar

Muchos de estos síntomas de la gripe keto pueden superponerse a los síntomas de hipotiroidismo, por lo que puede haber cierta confusión. Los síntomas de la gripe keto suelen desaparecer una vez que el cuerpo se acostumbra a utilizar las cetonas para obtener energía. Para algunas personas, sin embargo, este proceso puede durar días o incluso semanas.

Mantenerse hidratado con cantidades suficientes de agua filtrada y electrolitos puede ayudar con la gripe keto. Los desequilibrios electrolíticos son comunes en la dieta cetogénica y pueden provocar calambres y otros síntomas.

Niveles de energía y la dieta keto

La mayoría de personas sienten un aumento de energía después de comenzar con la dieta cetogénica. Sin embargo, otros – especialmente los atletas y las personas activas – pueden empezar a sentirse más fatigados. Esto puede ser un signo de que el cuerpo necesita más carbohidratos. En este caso, se puede aumentar gradualmente la ingesta de verduras enteras sin procesar, frutas bajas en azúcar, nueces y semillas.

Consumir bayas es una gran manera de hacerlo. Están llenas de fitonutrientes y antioxidantes, y es menos probable que eleven el nivel de azúcar en la sangre en comparación con otras frutas. Además, los arándanos son una fuente rica en mio-inositol, un nutriente que ha demostrado mejorar la función de la tiroides y el azúcar en la sangre. Si es posible, trate de conseguir fruta orgánica con exposición limitada a los pesticidas.

Muchas personas que siguen la dieta cetogénica también utilizan triglicéridos de cadena media (TCM). Se trata de un ácido graso que se encuentra en el aceite de coco, que puede proporcionar una importante fuente de energía y al mismo tiempo mantener el cuerpo en cetosis.

Deficiencia de las enzimas digestivas

Otro punto importante que discutir en una dieta cetogénica son las deficiencias de las enzimas digestivas. Muchas personas que no se desempeñan bien en una dieta alta en grasas y moderada en proteínas, encontrarán que tienen deficiencias en las enzimas digestivas, específicamente las que digieren las proteínas y las grasas. Como estos macronutrientes se convierten en las principales fuentes de combustible en la dieta keto, esto puede conducir a la malabsorción, la inflamación y las deficiencias de nutrientes.

En estos casos, esencialmente el cuerpo se ve privado de nutrientes vitales (a través de una digestión ineficiente), y sobrecargado con subproductos tóxicos de alimentos mal digeridos.

Uso de las enzimas digestivas en personas con tiroiditis Hashimoto

Es recomendable que las personas con hipotiroidismo o tiroiditis de Hashimoto utilicen las enzimas como betaina y pepsina, antes de comenzar la dieta keto. Ambos son componentes naturales del jugo gástrico, y hacen que los nutrientes y aminoácidos de los alimentos que contienen proteínas sean más biodisponibles al romper los enlaces de las proteínas. Son especialmente importantes para la correcta absorción de las proteínas, el calcio, la B12 y el hierro.

Usualmente no hay demasiados signos reveladores de baja acidez estomacal, aparte de sentirse lleno y cansado después de las comidas, así como de experimentar síntomas similares a los del reflujo ácido. Sin embargo, el bajo nivel de ácido estomacal es muy común en tiroiditis de Hashimoto.

Los síntomas más frecuentes de un nivel bajo de ácido estomacal en Hashimoto

La dificultad para digerir las grasas afecta comúnmente hasta un 50% de las personas con Hashimoto. Un hígado, una vesícula biliar y un páncreas sanos son necesarios para producir y almacenar bilis, así como enzimas pancreáticas, que el cuerpo utiliza para descomponer las grasas digeridas. Cuando estos sistemas están dañados, el cuerpo no puede absorber adecuadamente las grasas. Esto da lugar a una larga lista de síntomas que van desde problemas digestivos, hasta enfermedades de la piel y desequilibrios hormonales.

Tomar enzimas pancreáticas con comidas que contienen grasa y complementarlas con apoyo para el hígado y la vesícula biliar puede ayudar al cuerpo a descomponer las grasas y absorber los nutrientes.

La dieta keto, ¿es buena para Hashimoto?

Como hemos visto, algunas personas pueden encontrar que la dieta cetogénica apoya la capacidad de su cuerpo para sanar, mientras que otros encuentran que los hace sentir peor. A algunos les va muy bien con dietas altas en grasas. Otros, en cambio, se sentirán mejor con un enfoque que incorpora más proteínas y carbohidratos saludables.

Cada persona es única y tendrá diferentes necesidades de macronutrientes según su condición, y las proporciones pueden necesitar ser ajustadas.

La dieta cetogénica puede producir grandes resultados para algunos, pero es importante abordar los factores potenciales de inhibición. Entre ellos están las deficiencias de las enzimas digestivas y un hígado congestionado. Es recomendable considerar todos los pros y los contras mencionados anteriormente en este artículo, antes de comenzar una dieta cetogénica.

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